La obtención de alimentos de la máxima calidad nutricional, gustativa y sanitaria, es la consecuencia de trabajar junto a la naturaleza, adaptando prácticas y conocimientos tradicionales a los nuevos tiempos.
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Más nutritivos y saludables.
En general, los alimentos ecológicos contienen más cantidad de vitamina C, E, minerales esenciales como el calcio, magnesio y hierro, y antioxidantes. Como no contienen residuos tóxicos ni sustancias artificiales son asimilados mejor por nuestro organismo y activan así las defensas naturales, sobre todo en los niños.
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Más sabor
La proximidad de la producción permite la cosecha en su punto óptimo de maduración, beneficiándose en aromas y sabor. Se recuperan variedades y razas locales y clásicas. La fertilización orgánica les hace acumular menos agua y por tanto son más nutritivos.
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Sin residuos de pesticidas ni OMG
Los controles de cultivos y productos, a los máximos límites de detección que permiten las técnicas de análisis modernas, descartan para la comercialización de cualquier producto con trazas de contaminantes o presencia de organismos modificados genéticamente.
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Sin colorantes artificiales y aditivos químicos
La normativa europea prohíbe el uso de colorantes en la agricultura ecológica. En cuanto a los aditivos alimentarios están muy restringidos al igual que los edulcorantes. Tampoco están permitidos los minerales, aminoácidos ni las vitaminas añadidas gratuitamente.
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Más valorados, no más caros
Los alimentos ecológicos son de mejor calidad, más saludables y aportan muchos más nutrientes que los convencionales. Su valor añadido viene dado por la calidad y la seguridad, y compensa el sobreesfuerzo del productor.